Saúl de Tarso

La experiencia de Saul de Tarso narrada por Jim Rohn.

El Buen Dios necesitaba un líder para los primeros cristianos. Los primeros días de los cristianos, no eran como hoy. Si te levantaras en aquellos tiempos y dijeras: ‘soy cristiano’, te cortarían la cabeza o te arrojarían a ti y a tu esposa a la cárcel, y te dejarían allí para que se pudran. Esos fueron días feos para los cristianos.
Ser cristiano en ese entonces no era ser socialmente aceptable. No tenían 125.000 en el Coliseo de Los Ángeles para escuchar a Billy Graham un domingo por la tarde, no en aquellos días.
En aquellos días en que los cristianos entraban al Coliseo, era una historia diferente. La palabra era: ‘mantente fuera del Coliseo’; especialmente los domingos. Esos fueron días de dura lucha para los cristianos.
Ahora, cuando los días son malos, duros y de lucha, debes tener algún tipo de líder. ¿Sabes a quién eligió el buen Dios como líder cuando los días eran malos y feos? A Saulo (o Saúl) de Tarso.
Te diré una cosa, yo lo habría elegido, tú lo hubieras elegido, cualquiera habría elegido a Saúl. Saúl era uno de esos tipos increíbles, una vez que se metía en algo, ¡Cuidado! Todos en la comunidad sabían en lo que estaba metido Saúl, porque a lo que fuera que él se unía, accionaba todos los interruptores, abría las compuertas, encendía a todos los fomentadores y se volvía loco. Se le conocía como Saulo total. Quiero decir que era otra cosa.
Ahora bien, al principio no estaba funcionando bien, Saulo odiaba a los cristianos, lo que lo convierte en un líder pobre, quiero decir, que así no funcionará. Saúl tenía este error en alguna parte sobre los cristianos, le tenía mucho odio a los cristianos, y los odiaba tanto que cada vez que alguien decía cristiano, se ponía furioso. Tal así que un día decidió que su misión en la vida era deshacerse de todos los cristianos. Él era Saúl de todos modos, podía hacer casi cualquier cosa que quisiera.
Así que consiguió las cartas de autorización para viajar a las diversas comunidades y cazar a los cristianos; y le dejaron que hiciera lo que quisiera con ellos, Saúl se hizo impopular de todos modos, lo de él era arrastrarlos por las calles, azotarlos, apedrearlos, torturarlos, matarlos. De hecho, fue así que aquellos cristianos, al oír mencionar el nombre de Saúl de Tarso, te diré lo que hacían: corrían, se escondían, cerraban las puertas con llave, salían de la ciudad, se metían bajo tierra. Estuve en las catacumbas de Roma donde se escondieron; él era malo, mejor dicho, terriblemente malo!
Según la historia, un día Saúl decidió ir a Damasco, pues se enteró que era donde más cristianos había; y oyó de algunos espías cristianos y, enfurecido, se fue a Damasco; la historia es que estaba muy enojado. Hay una pequeña frase en la historia que dice: “… en su camino a Damasco estaba exhalando amenazas y masacre”; lo que significaba que se sentía bastante fuerte con la idea.
Pero en ese viaje, según la historia, mientras Saúl se dirigía a Damasco, el buen Dios mira desde el cielo y dice: “… ahí está mi hombre… Saúl, quién si no él.”
Y cuenta la historia que una luz cegadora bajó del cielo, derriba a Saúl de su caballo, le incrusta la cara en la arena y lo ciega durante tres días.

Para abreviar la historia, Saúl de Tarso se convierte al cristianismo, se cambia el nombre y se convierte en Pablo, el gran líder, el apóstol. En una de sus cartas dijo: “Las cosas que una vez odié, ahora las amo; las cosas que una vez amé, ahora odio. Y eso es fuerte.

Similar Posts