Coaching de Parejas

Se profundiza en la aceptación e identificación de conductas de cada miembro de la relación, cada uno de ellos está proyectando afuera, en la relación, lo que está aconteciendo dentro de ellos mismos.

Una mujer, que ha vivido con un maltratador, tendría que observar qué conductas adquiridas o transmitidas la han ido ligando a maltratos, son miedos muy arraigados profundamente que pueden provocar la manifestación en su realidad.

Igual así, una mujer o un hombre que de niños crecieron viendo a su padre molestar a la familia con Alcoholismo, sus miedos pueden atraer a su vida una pareja con episodios de alcoholismo o adicciones que simbolizaran un miedo, y repite ese patrón nuevamente en su realidad sin ni siquiera ser consciente de ello. Todas esas conductas están sostenidas por emociones profundas de falta de merecimiento y/o no sentirnos lo suficientemente buenos, bellos o talentosos para merecer la vida desde otra realidad.

En la mayoría de los casos, los principales presupuestos que los miembros de la pareja entablan el uno con el otro es la conocida frase: “Todo sería diferente si él o ella cambiarán; al principio -él o ella- no era así” … ¿y, por qué no era así? porque tú tampoco lo eras, ni te mostrabas de la forma más auténtica al principio. Las relaciones por lo general comienzan en el tope de nuestras mejores y más excitantes emociones; porque lo nuevo a descubrir es excitante para todos, es una de nuestras naturalezas; sin embargo… si en lugar de querer cambiar al otro, nos enfocamos en… ¿Qué hay que cambiar en mí? ¿Qué está provocando esta situación que estoy viviendo? ¿Qué energías estoy alimentando cada día con mis quejas y requerimientos que de nada ayudan a mejorar y ponderar la vida que quisiéramos vivir, y que al principio nos cautivó, qué fue lo que dejamos de hacer? ¿Qué desatendimos de nosotros y en nuestra relación?… Podríamos hacer esta lista de preguntas interminable; ahora bien, lo bueno es que a través de la indigación, enmarcando un proceso que genera una evolución cognitiva conductual, puedo definir los pilares que están sustentado esta relación, qué valores sólidos todavía están ahí apoyándola y que podemos reestructurar, para llenarla nuevamente de sentido y vitalidad. Trabajando la autoestima, recursos de madurez y gestion emocional; una restructuración de creencias, oxigenando aquellos conceptos que nos fueron trasmitidos y hoy caminan inadaptativos en nuestro sistema de intereses, producen cambios de mentalidad, sanan nuestra percepción… y, por correspondencia,  todo se sana afuera.

Aprender a armonizar nuestra vida, primero desde nuestra 1ra relación, la que tenemos hacia nosotros mismos, armoniza nuestra casa, la familia, nuestras relaciones, nos enseña a crecer mirando al otro desde el respeto a su individualidad y al aporte que suma a nuestra vida. En verdad, no hay nadie mejor para servirte en este proceso que tu propia pareja, que es tu mejor ESPEJO… ¡No la endoses de culpas; lo que menos nos gusta de nuestra pareja es lo que más hay que trabajar con uno mismo!

Similar Posts